lunes, 21 de junio de 2010

Origano

Estaba encogida contra las paredes de lo que, imaginaba, era una pequeña habitación sin ventanas. Tampoco podría afirmar que había una puerta en la estancia, lo único que sería capaz de decir con precisión es que no tenía techo. La ausencia de techo y la tremenda altura de la habitación la había descubierto cuando la bajaron al suelo precariamente atada con un par de cuerdas de montañismo.

No sabía cuando tiempo llevaba ahí, cuanto tiempo más iba a permanecer, quién le había llevado hasta allí, porque...

Llevaba una venda que le tapaba los ojos y le impedía totalmente la visión, ni siquera era capaz de ver algún punto de luz suelto de vez en cuando, otra venda le cubría la boca para que no pudiese proferir ningún sonido. Sus manos y sus pies estaban anudados entre ellos, lo que impedía el movimiento. Le habían colocado unos cascos que no le permitían oír absolutamente nada. En consecuencia, lo único que podía hacer era respirar, y dificultosamente por culpa de los golpes contra las paredes durante la bajada. Podía respirar. Y oler.

Y apestaba a orégano.

sábado, 19 de junio de 2010

bury me in all my favourite colours

Creo que fue ayer cuando me vio de veras por primera vez.

Entornó los ojos mirándome con curiosidad. Giró ligeramente la cabeza y frunció suavemente el ceño. Fue por unos instantes la viva imagen del desconcierto.
Pasados unos segundos se enderezó y abrió sus enormes ojos. Una sonrisa revoloteó por las comisuras de sus labios y acabó posándose en su boca.

Siempre se sentó con las piernas cruzadas, con la espalda muy recta, con los ojos mirando al suelo y el pelo cayéndole por la cara. Ayer aún conservaba el tic de colocarse mechones marrones detrás de la oreja, incluso después de tantos meses sin pelo que apartar.

Ayer ya se habían hundido sus ojos en las cuencas. Ayer ya estaban rodeados profundas ojeras moradas. Ayer se podían notar todos los huesos de su cara. Ayer ya era su piel casi transparente, casi quebradiza.



Ayer sabía que me miraba por primera vez.

Hoy supe que me miraba por última vez.

domingo, 6 de junio de 2010

Because drugs don't work

Me giró la cara y me obligó a mirarle a los ojos.
Luchaba en silencio por retener las lágrimas que se empeñaban en asomarse por mis ojos. Hice acopio de todo el odio que bullía en mi interior y lo concentré en mi pupila al levantar la cabeza.

-¿Has acabado ya de joderme la vida?

Y me besó.