martes, 12 de noviembre de 2013

Bucle interminable de ratones y ratones y muchísimos más ratones

Hay ratones en mi pared. Os juro que hay ratones dentro de las paredes de mi habitación. Me desperté por la noche y los escuché correr como locos a mi alrededor. A mi alrededor pero fuera de mi alcance. Se movían sin parar para que no supiera donde estaban. Si encendía la luz se hacía el silencio. Se quedaban quietos como muertos. Pero con la luz apagada se removían por las paredes de mi cuarto sin cesar.
Tumbada en la cama, paralizada por una mezcla de asco y miedo, escuchaba sus dientecillos mordisquear, sus patitas escarbar, sus grititos de roedores histéricos, y me pareció que poseían un tono victorioso y pensé que habían abierto un hueco en la pared y llegaban hasta mí. Y no pude si no levantarme de un salto y a oscuras, a tiendas, repasar cada pedazo de pared con las yemas de mis dedos en busca del agujero por el que se habían colado. Pero encontré la pintura intacta en todas partes, ni un rasguño en mis cuatro paredes. Repasé por si acaso también el suelo, pero supe que era imposible, que los ratones estaban en mis paredes.
Me volví a tumbar, temerosa, porque no llegaba al techo. Pero falsamente tranquila me dije, "Claudia, no hay ratones en el techo, los ratones están en las paredes". Y ellos seguían correteando a mi alrededor mientras frustrada daba puñetazos a la pared y gritaba que se callasen, que se callasen, que se callasen, que se estuvieran quietos o que se fuesen de una maldita vez. Pero seguía habiendo ratones en mi pared.
Seguía habiendo ratones y ya no eran ni dos ni tres ni cuatro. Se iban sumando más y más ratones y yo notaba como se hinchaban e hinchaban mis paredes llenas, ocupando poco a poco, centímetro a centímetro, toda mi habitación.
Hasta que estalló en una masa de gritos (los de los roedores y sobre todo los míos) y pelo y rabos y ojillos asustados por todas partes y comencé a sentir en medio de la avalancha que ya no respiraba, que se acababa, y calor, muchísimo calor.
Y y al despertar de nuevo en mi habitación intacta, cubierta de sudor y muerta de calor, contuve la respiración para escuchar y los escuché.
Porque hay ratones en mi pared.
Os juro que hay ratones en la pared de mi habitación.
Me desperté por la noche y los escuché correr como locos a mi alrededor...

jueves, 7 de noviembre de 2013

Lo sé

Si tú eres tú y yo soy yo y tú eres yo y yo soy tú, así como tú y yo somos nosotros y yo y tú lo somos todos, ¿quién eres? ¿quién soy? y sobre todo ¿quiénes somos?

Y este quien pierde importancia al preguntarme por qué.
¿Por qué yo siendo yo soy tú?
¿Por qué tú siento tú eres yo?
¿Por qué somos nosotros?

Y te miro y lo sé.
No sé el quién ni el por qué,
pero te miro y hay algo que sé,
sin saber que es.

domingo, 6 de octubre de 2013

When we are alone


Fue la transición inesperada de tu mejilla a tu boca.
De mis manos en tus hombros a mis uñas en tu espalda.

Del nunca, al tal vez, al sí, al siempre
Del querer, al poder, al necesitar.

El mundo no se paró cuando te conocí.
Al contrario, empujaste mi mundo a seguir.

La transición inesperada, pero necesaria,
de darme cuenta de que en el agujero donde cavaba mi propia tumba,
había un árbol que plantar.

De hojas rojas,
de corteza blanca.

viernes, 12 de julio de 2013

Mañana nos reiremos de esto

Destellos de luz blanca hacen que parezca que te mueves a golpes.
Como la vida misma.

Veo la escena en fotogramas y tengo que parar de bailar cuando el mundo me da vueltas y no enfoco tu sonrisa.
Alargar la mano y saltar contigo entre luces de colores es tan normal como respirar.
Y llenas todos los vacíos que hay a mi alrededor moviéndote sin parar.
Y no entendemos lo que nos gritamos al oído, pero reímos.

¿Cómo estar sola contigo a mi lado, amigo?

Y tumbada en la cama, con las luces aún danzando bajo mis párpados
sé que entre ojeras mañana nos reiremos de esto,
nos reiremos del mundo
y de cada uno de ellos.

jueves, 27 de junio de 2013

Promesas que no valen nada

Volé demasiado cerca del sol.
(Me prometiste que nuestras alas no eran de cera)

Bajé buceando a paisajes increíbles.
(Me prometiste que serías tú mi oxígeno)

Salté desde el acantilado más alto.
(Me prometiste que estarías abajo para cogerme)

Alimentabas el fuego que me calentaba
y confié en que seguirías haciéndolo siempre.
Tranquila, me dormí entre tus brazos
y al despertar helada no vi más que unas brasas que se apagaban
y a ti que me dabas la espalda.
Y al intentar avivarlo, desesperada,
me quemé las manos y acabé con lo que quedaba.

Y supongo que miré más mis ampollas que tu espalda y no me dio tiempo a gritarte que te quedaras.

domingo, 28 de abril de 2013

He descubierto hoy

He descubierto hoy algo que no quería descubrir.

Que lo que quiero acaba con la cabeza en el horno.
Los bolsillos llenos de piedras en el fondo de un río.
¿Al borde de un acantilado?
Sentada, recluida y sola.

Y ninguno de esos finales merezco.

martes, 29 de enero de 2013

Depth over distance every time, my dear.

No encuentro la fecha de caducidad de este sentimiento.
Esto que antes era amor y ahora...
ahora no lo es pero lo sigue siendo.
Y por como me sabe la boca
(a sangre)
a veces pienso que esto es todo.
Y por como huele el aire a tu alrededor
(a hierro)
pesado
a veces creo que me ahogo.
Y cada palabra que no te digo
pesa en mi corazón.
Mil toneladas de silencio en mi interior.
Y todo lo que toco es áspero,
ahora que no puedo tocar tu amor.

jueves, 3 de enero de 2013

"You left my heart like an abandoned car..."


Aquí las mañanas son frías. Son muchísimo más frías. O tal vez es el frío de tu ausencia, que se ha clavado hasta el tuétano de mis huesos y aunque descanse por las noches a tu lado, sale al despuntar la mañana y me congela. El frío aquí no va de fuera hacia dentro, el frío en mí va de dentro hacia fuera.
Y me congela.
Y aunque a veces me deje descansar y crearme la ilusión de calidez, siempre aparece en madrugadas de hielo, de hiel, que no me dejan más que revolverme entre mantas y sábanas y espero que se pase. Y si pasa a la mañana siguiente despierto casi sin recordar que fuiste recordado y mil cosas me distraen de ti. Mil cosas distintas, que hablan, que se mueven, que no puedo dejar de hacer, de mirar, de oír…
Salgo de casa siempre algo más tarde de lo que debería y apuro tres parques antes de llegar a la facultad. Entro en el aula y busco caras conocidas, hago que me siento con ellos cuando en realidad me siento contigo. Y lo hago tantas veces que ya ni me doy cuenta de que estás ahí. Hasta que algo te recuerda y quiero hablarte. Y con todos los sitios ocupados a mi alrededor, yo noto un vacío enorme. Noto tu enorme vacío. Pero en realidad estás aquí, en forma de frío.
Llega la hora y hago los tres parques de vuelta, esta vez acompañada, perdida entre demasiadas palabras. Y llego a casa para descubrir, como cada mediodía, que no hay comida hecha por nadie e improviso. Distraída entre potas y sartenes no me doy cuenta y cuando me paro ante el plato preparado, veo la inmensidad de la silla sin ocupar y me asusto. Y parece que como sola y una vez más estás conmigo (frío). Y como rápido porque tengo mil trabajos que hacer para no recordar que ninguno lo hago contigo.
Y acabo lo que sea, me quedo sin nada que decir, sin series o películas que ver, parada delante de la pantalla y pienso que no he pensado en ti ni ayer, ni hoy y no lo haré mañana y a veces me alegro y a veces no tanto.


Y tengo frío.

Y me siento un poco sola. Aún sabiendo que la mayoría de las veces no lo estoy.

"...old and worn and no use at all"