A tu paso ilusiones se tornaban realidades.
Sueños congelados entraban en calor.
Risas afónicas volvían a resonar en mi garganta.
Así que bajé la guardia,
tiré mis defensas,
me lancé de cabeza a tu abismo.
Y no me arrepiento.
Encontré en tus labios sonrisas que creí perdidas para siempre.
Recuperé entre tus brazos una felicidad que creí no volvería.
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a veces uno encuentra la felicidad sin buscarla
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