jueves, 22 de julio de 2010

Meravigliosa creatura

A tu paso ilusiones se tornaban realidades.
Sueños congelados entraban en calor.
Risas afónicas volvían a resonar en mi garganta.

Así que bajé la guardia,
tiré mis defensas,
me lancé de cabeza a tu abismo.

Y no me arrepiento.

Encontré en tus labios sonrisas que creí perdidas para siempre.
Recuperé entre tus brazos una felicidad que creí no volvería.

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