Despierta. Pero hazlo lentamente. Tómate tiempo para abrir los ojos. Para escuchar el silencio. Enderézate, pero muy despacio.
Y solo cuando te des cuenta de que has acabado de soñar, de que todo era mentira, podrás mirar a tu alrededor y no verle. Afinar el oído y aun así no oír su respiración. Darte la vuelta en la cama y notarla fría. Y volver a acostumbrarte a que no este contigo. A no oír su risa. A no sentir su calor. Y vez que despiertes tendrás que hacer lo mismo.
Porque cada noche soñarás con él y cada mañana te levantarás muy, muy lejos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Porque cada noche soñarás con él y cada mañana te levantarás muy, muy lejos.
ResponderEliminarEste es de los que más me han gustado :)
Te quiero, mucho.