martes, 1 de diciembre de 2009

Cada mañana.

Despierta. Pero hazlo lentamente. Tómate tiempo para abrir los ojos. Para escuchar el silencio. Enderézate, pero muy despacio.


Y solo cuando te des cuenta de que has acabado de soñar, de que todo era mentira, podrás mirar a tu alrededor y no verle. Afinar el oído y aun así no oír su respiración. Darte la vuelta en la cama y notarla fría. Y volver a acostumbrarte a que no este contigo. A no oír su risa. A no sentir su calor. Y vez que despiertes tendrás que hacer lo mismo.


Porque cada noche soñarás con él y cada mañana te levantarás muy, muy lejos.

1 comentario:

  1. Porque cada noche soñarás con él y cada mañana te levantarás muy, muy lejos.

    Este es de los que más me han gustado :)

    Te quiero, mucho.

    ResponderEliminar